El arquitecto y diseñador Isidoro Michan-Guindi propone una visión audaz y experimental del diseño, explorando cómo la arquitectura puede convivir con el usuario, desafiar estructuras convencionales y abrir nuevos caminos en la manera en que habitamos el espacio. En su conferencia "Especies de espacios", presentó la importancia de la abstracción, la reinterpretación geométrica y la interacción con la historia en el proceso arquitectónico.

Construcción de un lenguaje propio en el diseño
Michan-Guindi ha desarrollado un enfoque en el que la arquitectura no responde simplemente a funciones predefinidas, sino que las cuestiona y reformula. En su visión, muchas estructuras espaciales han quedado moralmente obsoletas, y es esencial repensarlas para que reflejen la realidad cambiante de la sociedad.
Para él, más allá de la estética, la arquitectura debe ofrecer nuevas maneras de habitar, diversificando los usos y rompiendo con convenciones que han limitado la creatividad y la experiencia del usuario.

Materia, proceso y experimentación: la arquitectura como escultura
El método de trabajo de Michan-Guindi se asemeja al de un escultor. En lugar de depender de imágenes predefinidas, trabaja desde la materia y el proceso experimental, permitiendo que la forma emerja de la interacción con los materiales. Sus proyectos se desarrollan a través de un proceso de maquetas sucesivas, que van desde estudios volumétricos hasta modelos a escala real, garantizando que el diseño no solo sea visualmente impactante, sino funcional y adaptable a su entorno.
Este enfoque no solo da mayor libertad creativa, sino que permite a los arquitectos evitar que las referencias visuales condicionen los resultados, fomentando una relación más intuitiva con la construcción del espacio.

El aprendizaje como un proceso abierto y continuo
Para Michan-Guindi, la arquitectura es una disciplina que se absorbe y transforma con el tiempo, sin necesidad de definir de inmediato lo aprendido. Al reflexionar sobre su visita a Venezuela, destacó la importancia de permitir que las experiencias se integren orgánicamente en su trabajo, sin imponer una categorización forzada.
Su aproximación al aprendizaje es flexible y experimental, asegurando que cada nuevo contexto, cada interacción con el entorno, y cada desafío arquitectónico le permita seguir evolucionando como diseñador.